Un día, un chico, cuando era pequeño, iba solo por el bosque a casa de su abuelo. Por el camino no había luz, y como era de noche , no se veía casi. Entonces él, que era un poco miedoso escuchó unos ruidos que provenían del bosque y como sentía curiosidad fue a ver de dónde provenían. El chico atravesó unos arbustos y vió que una criatura estaba haciendo los ruidos desde lejos. Entonces la criatura, que no era más que un ciervo lastimado, se acercó al chico para ver si le ayudaba. Entonces, el chico, que era como ya he dicho un poco miedoso, se asustó y huyó a casa de su abuelo.
Más tarde el chico le contó al abuelo lo sucedido, pero como aún seguía un poco asustado, no la contó muy bien. Como el niño se había asustado mucho, le cogió miedo a la oscuridad.Cuando el niño creció es inventaron las farolas y a él le gustaron bastante, porque si había farolas, no había oscuridad. esta afición duró, y cuando se hizo más mayor quiso ser farolero, para dar a la gente la luz que tanto apreciaba.
Con el paso del tiempo las cosas se modernizaron, se inventaron las bombillas y el trabajo de farolero se quedó viejo. Pero en cuanto nuestro farolero se enteró, se entristeció mucho, porque ya no podría trabajar más de farolero en la tierra. Hasta que se le ocurrió una magnífica idea; se iría a otro planeta.
Él estuvo unos años en Marte trabajando, pero como los días duraban mucho tenía que esperar mucho hasta volver a encender las farolas. Así que se fue a un planeta muy pequeño para que tuviese días muy cortos y así encender y apagar muchas veces las farolas. Solamente había un problema, como era tan pequeño el planeta, no pudo poner muchas farolas , así que solo puso una sola farola.